El fútbol parecía una etapa cerrada para Gustavo Balvorín. El delantero había puesto fin a su recorrido deportivo seis años antes en un clásico salteño entre Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro. Esa noche, “Ring Ring” recibió una plaqueta y la ovación de todos los hinchas “santos”, que se rendían ante el goleador que más de una vez los hizo ilusionar y reventar sus gargantas por los goles en el Federal A. El raleño ponía fin a una carrera con  partidos en Primera división, 146 goles y desempeños en algunos equipos del exterior como Barcelona de Guayaquil o Levadiakos de Grecia. Pero el atacante tenía un capítulo pendiente: retirarse con la camiseta de Ñuñorco. “Sería hermoso. Es el club que me permitió trascender en mis primeros tiempos como jugador”, había vaticinado en una entrevista con LA GACETA en 2018, y a los 47 años decidió cumplirlo.

El delantero nunca cortó el lazo con el deporte. Balvorín fue una pieza clave del equipo Senior de Ñuñorco, que se consagró campeón de la Liga Tucumana. Sus buenas actuaciones y, sobre todo, sus goles despertaron el interés de Luis Pedraza, el DT de la Primera. “No tenía en mente la posibilidad de jugar en la Liga por el tema de la edad y porque vivo en Jujuy, pero me convencieron de jugar estos partidos. Nuestro objetivo es ascender”, admitió el atacante, que se sumó como refuerzo para la etapa final de la Primera B de la Liga Tucumana.

En esta instancia del torneo, el “Tigre” integra la zona “A” en la que están Unión Aconquija, El Corte FC, Concepción FC, Argentinos del Norte y Garmendia FC. Todos ellos lucharán por los dos primeros puestos del grupo que brindan los ascensos directos a la Primera A.

El regreso a la actividad provocó diferentes reacciones de sus excompañeros. Según cuenta el goleador, Santiago “Tanque” Silva, quien fue su compañero en Vélez, lo llamó apenas se enteró de la noticia y lo felicitó por la decisión. “Me preguntó por qué había vuelto a jugar. Creo que si a cualquier exfutbolista le proponen volver del retiro, lo hace. Incluso él quiso volver a las canchas hace poco”, opinó.

“Ring Ring” ya sumó su primera convocatoria: en la primera fecha frente al Corte FC, estuvo en el banco de suplentes, pero no sumó minutos en aquel partido que finalizó 2-1 a favor de los monterizos. “Aunque lo vi desde afuera, volví a sentir esa adrenalina que experimenté en mis mejores años. Estoy muy ansioso por jugar el clásico frente a Concepción”, indicó. El partido frente a los “Cuervos” se jugará mañana, desde las 17, en la cancha de Ñuñorco.

La adaptación tampoco fue sencilla, y presenta diferentes retos. “Hay muchos chicos jóvenes. No me siento el padre de ellos, sino el abuelo ¡Ja, ja, ja! Estoy tratando de integrarme a su ritmo e intentar aconsejarlos en lo que más pueda”, expresó.

Balvorín cuenta que volvió a utilizar la camiseta de Ñuñorco después de 26 años. En aquellos tiempos, el “Tigre” era uno de los equipos con más protagonismo en el fútbol tucumano y se encontraba disputando el Argentino B. Esa situación, según su perspectiva, era beneficiosa para que muchos futbolistas se muestren y den el salto de calidad a categorías superiores.

“Gimnasia, que era el equipo más fuerte del norte porque estaba en Primera y venía de varias campañas regulares, me hizo un seguimiento y me contrató. Ese tipo de torneos era una vidriera para los chicos que soñábamos con vivir del fútbol”, comentó.

En retrospectiva, el delantero asegura que el camino de los futbolistas del interior es demasiado complejo y está repleto de disgustos. “La clave está en la constancia. Más de una vez pensé en dejar, porque no siempre me iba bien. Eso me hizo fortalecer la cabeza para afrontar los malos momentos. A veces hay que ser un poquito terco para cumplir tus metas en el fútbol”, reflexionó.

Balvorín se ilusiona con volver a hacer sonar el “timbre del gol” en la Liga Tucumana. “Es el sueño que tengo desde que comencé con esto”, reconoció. Pero admite que el objetivo principal es devolver al “Tigre” de Monteros a la categoría principal del fútbol local, y está dispuesto a dar hasta la última gota de sudor para concretar la misión.